Filipenses 3:20
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.
Qué agradable es vivir en paz con la familia, teniendo el sustento de nuestro Padre y en la casa a la que le hemos invertido para que sea hermosa y confortable.
Al leer Génesis 50:24
Tiempo después, José les dijo a sus hermanos: «Yo estoy a punto de morir, pero sin duda Dios vendrá a ayudarlos, y los llevará de este país a la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob.» me recuerda que aunque disfruto y me esfuerzo en mantener
la casa que Dios me ha dado, Él vendrá y me llevará a Casa, la Casa en donde viviré eternamente, porque soy ciudadana del cielo. Por lo tanto invertiré en lo que es eterno!
PASTORA MARTHA RODEA